En las pasadas elecciones millones de personas salieron a ejercer su derecho al voto en todo el país. Para ello fue necesario que cada casilla tuviera boletas, urnas, canceles (mamparas), documentos, carteles… En fin, una gran cantidad de objetos que salieron de algún lado. Aquí te explicamos qué cosas se tomaron en cuenta, cómo fue su diseño, impresión y distribución para que todo estuviera listo el 6 de junio de 2021.
¿Cómo nace una boleta electoral?
Meses antes de la elección, el Instituto Nacional Electoral (INE) y los distintos organismos públicos estatales electorales toman decisiones respecto al diseño de las boletas y la demás documentación electoral y para ello se tienen que apegar a lo que indica la normativa electoral vigente. Son muchos los detalles que se tienen que sortear, pues el diseño final depende, por ejemplo, del número de partidos registrados, así como de las candidaturas independientes que se presentarán en la elección, tiene que ser legible y sencillo de entender, además de seguro y confiable.
Estas decisiones requieren un consenso y no se toman a la ligera. Veamos un ejemplo de un elemento esencial y que sería sencillo pasar de largo: ¿cómo se ven los emblemas de los partidos ya impresos en la boleta? En aras de la equidad, es importante que ninguno resalte más que otro, por lo que se busca que todos tengan el mismo tamaño; sin embargo, surge un problema: ¿cómo darles el mismo tamaño cuando tienen formas distintas? Si se le da el mismo tamaño exacto a cada elemento algunos podrían parecer más grandes o más chicos. ¡Qué problema!
La solución vino con ayuda de investigadoras e investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Las personas que conforman el Departamento de Investigación y Conocimiento para el Diseño de esta institución realizaron un dictamen que sustentó el diseño de las boletas y dio soporte teórico a la distribución de los elementos en ellas. La investigación incluyó sondeos de opinión y datos sociodemográficos sobre cómo la población mexicana percibe objetos impresos, para ello se recopilaron datos de cinco entidades del país. ¡Un arduo trabajo sin duda! Al final encontraron la proporción exacta para que los distintos logotipos se perciban de la misma manera, sin importar la forma que cada uno tiene. Un proceso largo, pero que valió la pena.
Boletas muy seguras
Además de esto, las boletas tienen incorporadas múltiples medidas de seguridad cuyo objetivo es generar confianza en la ciudadanía. El papel, la tinta y los métodos de impresión se controlan de forma minuciosa para asegurar que las boletas no puedan ser replicadas por nadie. Entre las medidas aprobadas para las boletas que se usaron en la última elección encontramos el uso de marcas de agua, de papel con fibras que solo pueden ser vistas con luz ultravioleta, de microimpresiones y de logotipos ocultos de las instituciones electorales; además, cuentan también con un folio que permite saber a qué casilla pertenece cada boleta. Con todos estos elementos, replicarlas se convierte en una tarea imposible.
Tras terminar el diseño, y una vez que se tienen completos los registros de las candidatas y candidatos que van a contender, las boletas tienen que ser aprobadas formalmente por los órganos electorales, quienes dan el banderazo de salida para su impresión. En el caso de los documentos de las elecciones federales, el papel de seguridad viaja desde Chihuahua hasta las instalaciones de Talleres Gráficos de México, en la capital del país. Esta institución se encarga de la producción de todo tipo de documentos oficiales y tiene más de 130 años de experiencia. Más de 100,000,000 de boletas se imprimieron en sus talleres este año y, por si fuera poco, el proceso fue custodiado en todo momento por el Ejército mexicano.
No solo se necesitan boletas
Entre los materiales que se usaron para la elección de 2021 también estuvieron urnas, paquetes electorales, carteles, mamparas, plantillas braille, actas, bolsas, sobres… documentos y materiales que se usan para salvaguardar el voto y que exista una seguridad de que los conteos están bien hechos y que estos no fueron alterados.
Los fabricantes se eligen por medio de licitación pública, para lo que se toma en cuenta su capacidad técnica, costos y tiempos de entrega. Los materiales usados deben ser prácticos y duraderos y son seleccionados por especialistas de los organismos electorales. La forma de las mamparas busca garantizar que nadie vea lo que la o el votante marca en su boleta. Las urnas, en cambio, son de un plástico transparente, así todo el mundo puede ver su contenido en todo momento para que no haya espacio para dudas.
Meses antes de las elecciones, las Consejeras y los Consejeros de los organismos electorales se reúnen en sus respectivas sedes para también elegir y aprobar las características de los demás materiales: las actas deben ser claras y tener datos legibles, las bolsas deben estar bien etiquetadas, etcétera. Además, se ajustan los requerimientos para las circunstancias de cada elección. Este año, por ejemplo, no se usaron las cortinillas que se cuelgan de las mamparas, el objetivo era reducir el contacto con el plástico para evitar posibles contagios de COVID-19. Como ves, son muchas decisiones importantes que se deben tomar.
A dónde van los materiales electorales
Ya está todo el material impreso y listo para ser usado, pero ahora hay que llevarlo a donde se usará. La distribución de los materiales electorales implicó una coordinación entre el INE y los organismos electorales locales de las 32 entidades del país, además de todos los órganos desconcentrados locales. En el caso del material electoral federal, el proceso fue custodiado por la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina, los vehículos encargados del traslado incluso cuentan con alarmas y sistemas satelitales para avisar de inmediato si se desvían de su ruta o si la carga fue abierta antes de llegar a su destino.
Cuando llegan a las oficinas donde serán armados los paquetes que se entregan a las y los funcionarios de casilla, se verifica que las boletas cumplan las medidas acordadas y, por último, se revisa que todo el material esté completo y en forma. Por otra parte, los organismos electorales locales también llevan un control de calidad muy estricto de las boletas de las elecciones que les corresponden, y además se aseguran de que los paquetes y los documentos lleguen a su destino en el momento en que se requieran. Nada puede dejarse al azar en un proceso tan importante.
Los materiales que construyen
La documentación y los materiales electorales son solo una pequeña parte de la organización necesaria para hacer una elección en México. El proceso se ha perfeccionado con los años y la experiencia de miles de personas en todo el país que ofrecen su conocimiento, habilidad y tiempo para asegurar que nada falle. Aquí te explicamos una parte del proceso, pero hay muchas acciones que se hacen durante meses para que las funcionarias y los funcionarios de casilla, el personal involucrado el día de la elección y las personas que salen a votar tengan todo lo necesario para participar en una elección justa, confiable y que refleje lo que elige la comunidad. Estos son los materiales que construyen una sociedad más participativa.
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Redacción