Infante, José María, Wright, Claire, Cantú, Jesús (coords.) (2019). Desafección política en Nuevo León. Monterrey, N. L.: CEE.
Si bien cada persona contará una experiencia distinta sobre las elecciones de junio de 2021, para muchos salir a votar no generó un efecto satisfactorio. El título de «las [elecciones] más grandes en la historia del país», por más objetivo que pueda ser debido al número de electores y cargos, se vuelve insignificante cuando del otro lado permanece un suspiro continuo.
Desmotivación, incertidumbre, estrés, apatía. ¿Cómo nombramos la familiaridad de lo desconocido? Guillermo O’Donnell (2007, en Infante et al., 2019) definió las democracias en prescriptivas y realistas. Las primeras son lo que todos entendemos por democracia, pero las segundas son una apuesta institucionalizada:
El sistema legal asigna a los agentes ciertos derechos y obligaciones […] como individuos, y esta condición es válida para todos en una sociedad determinada, de manera que cada uno acepta que todos los adultos participen en la elección de quiénes los gobernarán; esto es aceptable sin restricciones, a pesar de que haya quienes piensen que algunos otros no están en condiciones de efectuar una elección beneficiosa. Todos deben aceptar esto, aun cuando haya quienes piensen que se trate de un error otorgar el voto a quienes se cree que no están capacitados y ello se debe a que no se trata de una opción personal, sino de una especificación del sistema de derechos y obligaciones establecido en su propia constitución como ser social (p. 20).
Aislada de cualquier contexto, esta definición sigue una lógica y pone por encima de todo el funcionamiento del sistema. Sin embargo, situada en el territorio mexicano, particularmente en el nuevoleonés, donde «la población tiene incertidumbre sobre si se ha estado combatiendo a la corrupción, y no considera que se esté manejando bien la economía del estado» o que «más de 50% [de la población] opina que se está haciendo nada o poco en el combate a la pobreza» (Infante et al., 2019, p. 111); donde partidos políticos tradicionales, populistas e instituciones gubernamentales no responden y se aprovechan de las demandas de la sociedad. La frustración vuelve necesaria la creación de movimientos desde la ciudadanía para organizar brigadas de búsqueda y rescate de personas desaparecidas o secuestradas (FUNDENL), asambleas que promuevan y generen políticas en materia de género (Asamblea Feminista NL) o cultura (AICI), y colectivos de educación ecológica e intervención social para infraestructura de peatones y ciclistas (Pueblo Bicicletero).
Mientras el descontento político lleva a unos por esta vía, otros rechazan cualquier sentido de participación y caen en la desafección política, «la existencia de un conjunto de orientaciones políticas que van en detrimento de la democracia, pues aleja al ciudadano de sus representantes y lo desvincula del proceso político democrático» (2019, p. 48). Sin embargo, es importante entender que la desafección no es sinónimo de deslegitimación de la democracia sino de una mezcla entre desapego o desconfianza política, y la «ausencia de compromiso con el proceso» (Torcal y Gunther, 2006, en Infante et al., 2019, p. 42).
Por ende, la desafección no necesariamente resulta en individuos que perciben la democracia como un mal sistema, al contrario. Hay interés por lograr lo que esta propone: «igualdad entre todos los ciudadanos, mandatos limitados entre elecciones democráticas, abiertas y libres, accountability [responsabilidad y rendición de cuentas], Estado de derecho, respeto irrestricto a los derechos humanos, gobernanza con ciudadanos instruidos e informados» (Infante et al., 2019, p. 16), pero, por motivos sujetos a su contexto, no confían en que las instituciones, los partidos, funcionarios o mecanismos los concedan.
En 2019, la CEE, bajo la coordinación de José María Bonfiglio, Claire Wright y Jesús Cantú Escalante, publicó el libro Desafección política en Nuevo León como parte de su colección de investigación Texturas. Este cuenta con siete ensayos que introducen el concepto y lo aterrizan en temas como la igualdad política y los servicios públicos de las mujeres; la democracia líquida en la generación X, millennials y centennials; y patrones de acceso a la información, para señalar los motivos que provocan la desafección política o proponer alguna solución.
Estos textos parten de un estudio cuantitativo elaborado junto a la UANL, el ITESM y la UDEM, que lleva el nombre del libro y busca «esclarecer la relación entre ciudadanía y poder político, desde la base de una herramienta conceptual como lo es la desafección política» (2019, p. 9).
A través de entrevistas de 65 preguntas hechas a 1,097 ciudadanos mayores de 18 años sobre democracia, ciudadanía; instituciones, experiencias y desafecciones políticas, partidos y sistemas políticos, eficacia interna y externa, confianza interpersonal, entre otros tópicos, se concluyó que en 2018 los nuevoleoneses estaban abiertos a aceptar cambios que creían pertinentes desde la institucionalidad o la vía jurídico-formalista, como lo son las candidaturas independientes.
Sin embargo, en contraste con lo anterior, destaca la ausencia de formas de participación no convencionales. Lo cual deja la incógnita: si la desafección política de los nuevoleoneses nos vuelve dispuestos a cambiar el manejo del sistema solo a través de este, ¿cómo podemos combatir la desafección dentro y fuera de lo convencional?
Al ser la desconfianza y la apatía dos factores críticos sobre la participación ciudadana es necesario situar la transparencia y accesibilidad a la información como dos campos prioritarios en todo mecanismo, los cuales no pueden limitarse a compartir por compartir, pues la accesibilidad implica facilitar la información (que no es hacer más fácil sino orientar) para ser interpretada. La existencia de este libro y el estudio que realiza es un ejemplo de ello.
No obstante, antes de entrar de lleno a la participación ciudadana, esta debe habilitarse, y para eso hay que identificar: ¿está llegando al público que los autores visualizaron o se encuentra estático?, ¿cualquier persona puede dar con ella?, ¿qué factores imposibilitan a miembros de la sociedad de encontrarla?; de esos factores, ¿cuáles controlo yo como organismo, institución, asociación, etcétera, y cómo puedo reducir su impacto negativo? El internet, por ejemplo, es algo que no necesariamente se puede controlar, pero sí la facilitación para hacer llegar la información desde otro medio o incluso en otro formato que se adapte al destino.
Es importante entender que esta accesibilidad, además de poner a disposición datos o herramientas que puedan llevar a decisiones mejor informadas, es, como la democracia, una apuesta por el empoderamiento de la ciudadanía y el primer cimiento hacia una sociedad que, frente a la desafección, elija la vía participativa.
DESAFECCIÓN EN 3 OBRAS
1. El héroe
(México, 1993) Entre el ímpetu de una estación subterránea de metro, un hombre lucha por cruzar el mar de gente al ser el único del montón en percatarse de una joven que está a punto de quitarse la vida. La animación de los habitantes de la megalópolis en este cortometraje de Carlos Carrera demuestran una realidad terriblemente honesta y cercana a la que vivimos.
2. To pimp a butterlfly
(Estados Unidos, 2015) Recién salido del gueto de Compton, Kendrick Lamar emprende un viaje musical lleno de hip-hop, jazz, funk y soul en busca de su propia identidad, enfrentándose en repetidas ocasiones a decidir entre dos caminos sin retorno: dejarse llevar por los lujos de su nueva vida como celebridad o enfrentar la explotación sistémica que su país ha impuesto sobre la población afroamericana. En 2015, la canción “Alright” se volvió el himno del movimiento Black Lives Matter.
3. El momento de Waldo
(Reino Unido, 2013) Jamie es un comediante cuya carrera ha ido en picada. Su trabajo más reciente consiste en dar voz a un oso azul de caricatura llamado Waldo para un programa de televisión donde engañan a figuras públicas a ser entrevistadas en un show infantil, cuando en realidad se trata del segmento más popular en un late night. Debido a la cantidad de audiencia que atrae Waldo, la productora decide crear un nuevo programa para él y, como estrategia publicitaria, se les ocurre que el oso debería postularse en las elecciones parlamentarias para debatir directamente con los candidatos a quienes ya se había enfrentado en su segmento. Sin embargo, las cosas comienzan a salirse de control cuando uno de los candidatos ataca directamente a Jamie y su carrera profesional. Este episodio de la serie Black Mirror —que trata temas de ciencia ficción distópica— aborda el populismo en medio del auge de las redes sociales para poner en tela de juicio el estado de los mecanismos políticos frente a una población cansada de lo mismo.
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Redacción